
El almendro es el símbolo por excelencia de la llegada de la primavera. Tan pronto cede el frío del invierno este árbol se convierte en grandes ramilletes de flores que van del blanco al rosado y que ofrecen un paisaje de ensueño.
Este árbol, proveniente de Asia, ha viajado por todo el planeta y nos sorprende porque antes de salir las hojas nos ofrece el regalo de sus bellas flores, porque requiere poco riego para crecer y tiene gran valor ecológico, medicinal y alimenticio.
En nuestro paisaje actúa como agente antierosión y freno a la desertización
porque crece hasta en tierras calizas, pobres en nutrientes y muy resistente a la sequia.
La belleza de sus flores y todas las virtudes que hemos mencionado han hecho que el almendro en todas las culturas sea fuente de inspiración para pintores, escritores, poetas y todos aquellos que disfrutamos de la naturaleza

Llegarán los almendros en flor a tu ventana
huídos de mi pensamiento,
y el temblor del olivo
que se estremece al paso de la noche. Pero yo, cada vez más perdida en tus palabras,
no tendré fuerza para llegar hasta tu puerta,
me quedaré vagando por las calles,
desgranando temores por la tierra de Kampa,
dialogando confusa con el aire,
bailando cortesmente con el río la danza de la muerte,
con delicados arabesques
y oscuras reverencias.
No intentaré siquiera hablarte con la lluvia,
ni cabalgar el viento
y escondida en sus crines
devolverte el perfume de las rosas
que tú de un solo gesto, de una vez para siempre,
has desenterrado para mí
con toda la encendida primavera.
- CLARA JANÉS -